sábado, 14 de diciembre de 2013

Ser ciego por un rato.

Hace poco, experimentamos el ser ciego por un rato y también hicimos de guías de ciegos.
Para mi, fue muy agobiante tanto el hacer de ciego como hacer de guía. Cuando vas de guía te da miedo que a las personas que llevas les vaya a pasar algo, se choquen con alguna cosa o se caigan. Vas muy alerta con cualquier cosa que haya a tu alrededor, que si hay una rampa o el suelo tiene algún bachecito. Igualmente, cuando vas de ciego también vas muy alerta, pues al no poder utilizar la vista, intentas através de los demás sentidos, sobre todo el olfato y el oído, sobre todo el momento en que entramos en la cafetería, los olores de los cafés y se notaba que había mucha gente por el ruido que formaban. Después fuimos hasta la plaza del ayuntamiento, y aunque no sabía exactamente el sitio, si se podía saber que estábamos en un sitio abierto.
Cuando no ves te cuesta confiar en los demás por mucho que ya lo conozcas. En nuestra experiencia, nuestro profesor nos hizo a todos tener los ojos vendados y extender la mano, y nos puso un fruto seco garrapiñado, aunque como no se podía ver daba mucha desconfianza de comerte algo que me pinchó, aunque obviamente todo el mundo se lo comió, a todos nos daba miedo meternos algo que no hemos visto en la boca.

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